San Juan de la Cruz nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros,
un pequeño pueblo de la provincia de Castilla y León (España). A los 17
años ingresó en un Colegio de Jesuitas y, cuatro años más tarde, tomó los hábitos de la orden de las Carmelitas y adoptó el nombre de fray Juan de san Matías. Posteriormente se ordenó sacerdote y adquirió su nombre definitivo, Juan de la Cruz.
Tuvo una profunda amistad con Teresa de Ávila y junto a ella fundó el primer convento de Carmelitas Descalzos, una orden de monjes que practicaban la contemplación y la austeridad. Debido a su intento de modificar las bases monásticas de las órdenes consagradas, fue acusado de apóstata y condenado a 9 meses de cárcel en Toledo; donde se dedicó a escribir poesía.
En su obra nos encontramos con un profundo sentimiento religioso, que roza lo místico; además, si se lee con atención, puede notarse una sensualidad y un erotismo encubierto detrás de una profunda vocación religiosa.
Tuvo una profunda amistad con Teresa de Ávila y junto a ella fundó el primer convento de Carmelitas Descalzos, una orden de monjes que practicaban la contemplación y la austeridad. Debido a su intento de modificar las bases monásticas de las órdenes consagradas, fue acusado de apóstata y condenado a 9 meses de cárcel en Toledo; donde se dedicó a escribir poesía.
En su obra nos encontramos con un profundo sentimiento religioso, que roza lo místico; además, si se lee con atención, puede notarse una sensualidad y un erotismo encubierto detrás de una profunda vocación religiosa.
El poema Noche oscura del alma es una de las tres obras más emblemáticas de San Juan de la Cruz y, por ende, de la poesía mística. Las otras dos son el Cántico espiritual y Llama de amor viva. La literatura mística (del griego μυστικός 'ciencia secreta') trata de mostrar la ascensión del alma hasta su unión con Dios. En España, se desarrolló especialmente
durante la segunda mitad del siglo XVI, favorecida por el espíritu
contrarreformista de la época de Felipe II, a través del cual se produjo
la incorporación a la lírica de numerosos temas religiosos y morales.
El poema se divide en
tres partes, correspondientes a cada una de las tres vías o caminos que
el alma ha de recorrer necesariamente para su unión con Dios.
La
primera vía es la purgativa, también denominada ascética, pues en ella
el alma se libera de sus pasiones y se purifica de sus pecados a través
de la negación de los sentidos y del intelecto. En el poema, se halla
circunscrita a las dos primeras estrofas.
La
segunda vía es la iluminativa. A través de ella, el alma, con la
consideración de los bienes eternos y de la pasión y redención de
Cristo, es alumbrada por la luz de la fe, que le marca el seguro camino
hacia Dios. En el poema, se corresponde con la tercera y cuarta
estrofas.
La tercera y definitiva vía es la unitiva, en la cual se logra lo que el propio San Juan denominó matrimonio espiritual: la unión entre alma y Dios (a menudo expresada como un abandono en el Otro).
Con
todo, a estas tres vías se superpone una estructura en dos partes
iguales de cuatro estrofas cada una. La primera es la del camino hasta
la unión, definida por el movimiento que genera el verbo 'salir' y por
la ambivalencia del símbolo de la noche: oscura primero; luminosa,
después. La segunda es la de la unión y carece de movimiento, es
descriptiva y estática.
Cada una de las ocho estrofas que componen el poema es una lira, estrofa
desarrollada por el Renacimiento Italiano y que, posteriormente, Garcilaso aclimató en la versificación castellana al escribir su canción V, A la flor de Gnido.
Los cinco versos que posee toda lira nos recuerdan la inclinación del gusto renacentista por el
endecasílabo, en general, y por su combinación con el heptasílabo, en
particular.
Concluyendo Noche escura del alma
es un poema típico de la poesía mística con el que su autor, San Juan
de la Cruz, logra transmitirnos las sensaciones que el alma experimenta
en su ascenso hasta la unión con Dios. Y lo hace sobre la base de
imágenes tomadas del amor humano, de una estructura renacentista
perfectamente equilibrada y armónica en su simetría, y de elementos
intensificadores basados sobre todo en técnicas de repetición. Todo
ello, además, a través de un lenguaje llano y musical, de rimas fáciles
poco estridentes.
NOCHE OSCURA
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