La obra obtuvo un lisonjero éxito, repitiéndose varios números y
quedando para la antología del género varios de ellos, sobre todo “La
canción del sembrador” y “Las espigadoras”, pero destacando también la
“Serenata”, el primer “Dúo de Sagrario y Juan Pedro”, la “Romanza de
Sagrario”, “La monda de la rosa”, “La Jota Castellana” y dentro de los
números cómicos el “Pasacalle” y “La caza del viudo”. Los libretistas se
inspiraron en la comedia “El perro del hortelano” de Lope de Vega,
pasando a ser Diana, la condesa de Belflor, Sagrario en la zarzuela,
Juan Pedro revive al secretario Teodoro y Catalina a Marcela.
En el Libro de la Zarzuela se analiza musicalmente la obra, señalando, en el Acto I, que el preludio, como es habitual en las obras del género, viene introducido por los instrumentos más bullangueros de la orquesta, creando el ambiente propicio para el desarrollo de un drama que siempre viene tejido entre alegrías y tristezas. El coro habitual permite la presentación de los personajes, Catalina “Aunque soy de la mancha” una seguidilla tomada del acervo popular y ya usada por Barbieri en PAN Y TOROS, y Juan Pedro “Aunque soy forastero”, ambas melodías teñidas del color popular y el ritmo vivaracho ya presentado en la introducción. Luego Juan Pedro canta un aire de siembra “Cuando siembro voy cantando” aderezado por un ritmo muy marcado y el tamborileo de los platillos. Es una romanza muy bella que cuenta con la intervención del coro en un logrado juego entre solista y “tutti”. Sagrario y Juan Pedro cantan a dúo su amor mientras suena el arpa y la orquesta prepara un final enfervorizado en el que ambos coinciden en la tesitura más alta. Este fervor contrasta con el tono menor y el ritmo lento del “Nocturno” del pastor y de la “Serenata”. El dramatismo se va tejiendo lentamente a base de disonancias, pizzicato de la cuerda y la melodía destacada del violín. Para orillar momentáneamente la crueldad de las pasiones que se desarrollan en la obra, aparece el dúo cómico de Moniquito y Carmelo, el animado “Pasacalle”. El triángulo y la pandereta son el mejor acompañamiento para el canto de la tabla de multiplicar que se ve contrastada por un destacado ritmo de la cuerda baja. El trío que sigue entre Sagrario, Lorenza y Catalina, viene aderezado por la intervención del coro y una presentación exuberante que en seguida contrasta con la romanza de Sagrario “La rosa del azafrán es una flor arrogante”, momento lento al que de nuevo se opone el cómico de Lorenza “Me casé con un sastre”. El coro aparece haciendo eco a las intervenciones de los solistas y contestando a sus requerimientos. El Acto I finaliza con la intervención de Sagrario y Juan Pedro, en un dúo lleno de referencias folklóricas y pinceladas dramáticas, y el coro que de nuevo presenta el tema del principio de la obra.
El Acto II nos trae de nuevo los aires de fanfarria. El ritmo sincopado y la alegría del dúo cómico entre Catalina y Moniquito. Esta comicidad se ve aumentada en el dúo entre Moniquito y Carracuca, “La caza del viudo”, que empieza siendo lúgubre, con intervención del gong, para desarrollar una comicidad pícara que establece un respito al drama. Acto seguido Sagrario canta su romanza dolorida, “No me duele que se vaya”, acompañada del arpa, y en la que el oboe se encarga de proporcionar el contraste dramático. De nuevo llegan los cantes festivos; el coro y Catalina entonan una canción de espigadores decorada por los platillos y los acordes vivarachos de la orquesta. Esta canción equivale en esta obra al “Ay que ver, ay que ver” de LA MONTERIA o a “Las Lagarteranas” de EL HUESPED DEL SEVILLANO. Su alegría se contagia a Sagrario y Juan Pedro que se incorporan a la fiesta popular en la que se cantan coplas que tienen una clara referencia popular como son las Jotas, en este caso castellanas. El final de la obra está ya muy cerca y de nuevo hace aparición el drama, cantando Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte” en una tesitura baja que acrecienta el dramatismo a base del trémolo de los violines y del arpa; ella le responde “Lo que tu quieres decirme ya me lo sé de memoria” estableciéndose un dúo en el que la comprensión va creciendo entre ambos jóvenes. Todo se ha solucionado y es el momento de la alegría; el coro y Rosario cantan un momento lleno de entusiasmo finalizando todo en un “tutti” de tesitura muy alta que pinta con claras pinceladas la felicidad de los protagonistas.
En el Libro de la Zarzuela se analiza musicalmente la obra, señalando, en el Acto I, que el preludio, como es habitual en las obras del género, viene introducido por los instrumentos más bullangueros de la orquesta, creando el ambiente propicio para el desarrollo de un drama que siempre viene tejido entre alegrías y tristezas. El coro habitual permite la presentación de los personajes, Catalina “Aunque soy de la mancha” una seguidilla tomada del acervo popular y ya usada por Barbieri en PAN Y TOROS, y Juan Pedro “Aunque soy forastero”, ambas melodías teñidas del color popular y el ritmo vivaracho ya presentado en la introducción. Luego Juan Pedro canta un aire de siembra “Cuando siembro voy cantando” aderezado por un ritmo muy marcado y el tamborileo de los platillos. Es una romanza muy bella que cuenta con la intervención del coro en un logrado juego entre solista y “tutti”. Sagrario y Juan Pedro cantan a dúo su amor mientras suena el arpa y la orquesta prepara un final enfervorizado en el que ambos coinciden en la tesitura más alta. Este fervor contrasta con el tono menor y el ritmo lento del “Nocturno” del pastor y de la “Serenata”. El dramatismo se va tejiendo lentamente a base de disonancias, pizzicato de la cuerda y la melodía destacada del violín. Para orillar momentáneamente la crueldad de las pasiones que se desarrollan en la obra, aparece el dúo cómico de Moniquito y Carmelo, el animado “Pasacalle”. El triángulo y la pandereta son el mejor acompañamiento para el canto de la tabla de multiplicar que se ve contrastada por un destacado ritmo de la cuerda baja. El trío que sigue entre Sagrario, Lorenza y Catalina, viene aderezado por la intervención del coro y una presentación exuberante que en seguida contrasta con la romanza de Sagrario “La rosa del azafrán es una flor arrogante”, momento lento al que de nuevo se opone el cómico de Lorenza “Me casé con un sastre”. El coro aparece haciendo eco a las intervenciones de los solistas y contestando a sus requerimientos. El Acto I finaliza con la intervención de Sagrario y Juan Pedro, en un dúo lleno de referencias folklóricas y pinceladas dramáticas, y el coro que de nuevo presenta el tema del principio de la obra.
El Acto II nos trae de nuevo los aires de fanfarria. El ritmo sincopado y la alegría del dúo cómico entre Catalina y Moniquito. Esta comicidad se ve aumentada en el dúo entre Moniquito y Carracuca, “La caza del viudo”, que empieza siendo lúgubre, con intervención del gong, para desarrollar una comicidad pícara que establece un respito al drama. Acto seguido Sagrario canta su romanza dolorida, “No me duele que se vaya”, acompañada del arpa, y en la que el oboe se encarga de proporcionar el contraste dramático. De nuevo llegan los cantes festivos; el coro y Catalina entonan una canción de espigadores decorada por los platillos y los acordes vivarachos de la orquesta. Esta canción equivale en esta obra al “Ay que ver, ay que ver” de LA MONTERIA o a “Las Lagarteranas” de EL HUESPED DEL SEVILLANO. Su alegría se contagia a Sagrario y Juan Pedro que se incorporan a la fiesta popular en la que se cantan coplas que tienen una clara referencia popular como son las Jotas, en este caso castellanas. El final de la obra está ya muy cerca y de nuevo hace aparición el drama, cantando Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte” en una tesitura baja que acrecienta el dramatismo a base del trémolo de los violines y del arpa; ella le responde “Lo que tu quieres decirme ya me lo sé de memoria” estableciéndose un dúo en el que la comprensión va creciendo entre ambos jóvenes. Todo se ha solucionado y es el momento de la alegría; el coro y Rosario cantan un momento lleno de entusiasmo finalizando todo en un “tutti” de tesitura muy alta que pinta con claras pinceladas la felicidad de los protagonistas.
La acción del primer acto se desarrolla en una casa de labradores
acomodados. Criados, gañanes y pastores están celebrando la fiesta
onomástica del amo. Cantos y bailes animan el cuadro. Juan Pedro, gañán
distinguido por su laboriosidad y honradez, entona una copla que la
intención enamoradiza orienta hacia Catalina, una criada de la casa.
Pero a Catalina también la pretende Moniquito, un joven santero de la
ermita, que entra en escena con una urna que protege a un San Roque. Ni
el santo le vale a Moniquito en sus galanteos con la criada, que una vez
más le rechaza. El tema de conversación de la tertulia es ahora con
Generoso, loco porque perdió su hijo, patriota y dadivoso que aparece al
frente de su «ejercito carlista», cuyas filas integran todos los críos
del pueblo. Sagrario, ama de la casa, defiende al pobre viejo de las
cuchufletas de la reunión. Juan Pedro está alegre porque mañana empiezan
los trabajos de siembra. Su canción bien clara deja la idea: «Cuando
siembro voy cantando porque pienso que al cantar, con el trigo voy
sembrando mis amores al azar.» Sagrario se entera por Catalina de que
Juan Pedro la ha requerido para platicar: «Con Juan Pedro mejor que con
otro. que es un hombre formal. hacendoso, despierto. leal, fino en la
palabra... y guapo de verdad», aprueba el ama; pero ordena que Juan
Pedro salga aquel mismo día de la casa porque «no está bien mirao en el
pueblo que dos novios duerman en la misma casa». Comunica al gañán la
decisión de que se marche, pero no sin antes preguntarle cómo explican
los hombres el amor. El ama no ha sido nunca novia. Tiene fama de
orgullosa y ningún hombre se le acercó nunca para decirle una palabra de
cariño. Juan Pedro empieza a explicarse, y pronto Sagrario une su
contenida pasión a la de él: «No sé qué penas me están matando. ¡Parecen
fogaradas de celos!» El ama pronto descubrió sus sentimientos. Pero
Juan Pedro no ha comprendido que las palabras amorosas de Sagrario iban
dirigidas a el, y en un encuentro con Catalina le pide una respuesta
afirmativa a su amor. La criada ha escuchado el dúo de Sagrario y Juan
Pedro, y su intuición de mujer le ha hecho comprender más de lo que el
gañán ha entendido en el impulso del ama. Contesta a Juan Pedro con una
negativa que decepciona al mozo. Como no habrá noviazgo, no hay ya
necesidad de que el gañán se marche de la casa y cuando todos esperan
que Sagrario pida a Juan Pedro que se quede, el ama insiste en que se
vaya. En el segundo cuadro. Juan Pedro y un grupo de mozos salen de
noche a rondar a las mozas. Todos creen que Juan Pedro va a cantar a
Catalina, pero el gañán dice que es al ama Sagrario a quien quiere
dedicar la copla. Llegan los rondadores a la casa del ama, donde se
están realizando las tareas de mondar la rosa del azafrán, a las que
cada hombre ayuda a la mujer que pretende. El ama Sagrario trabaja sin
ayudador, y Juan Pedro, con intención, canta su copla: «Pero si una
mocita no tiene amante, natural es que alguno venga a ayudarle.»
Sagrario se ofende y el mozo se cree despreciado por su humilde
procedencia: «Que culpa tiene el tomillo de haber nacido tan bajo.» Juan
Pedro se ya, y Sagrario, presa de nerviosismo, suspende las faenas.
En el segundo acto, Juan Pedro sale del pueblo, pero vuelve a dar el pésame a Carracuca que enviudó. Confía a Custodia, mujer del pueblo, componedora, que siente añoranza del lugar, y que ha comprendido lo imposible de su intención con el ama. Pero él quiere establecerse y casarse con una mujer del pueblo. Aparece Catalina, y Juan Pedro vuelve a declararle su amor pero súbitamente sale el ama. Respetuoso el gañan, la saluda ceremoniosamente, pero Sagrario le dice que la llame por su nombre porque ya no es su ama. A preguntas de ella Juan Pedro le descubre los sentimientos de amor que hacia ella abrigaba. Sagrario no puede ya mas contener sus impulsos y le dice que ella también le quiere, pero las diferencias de clase les separan. Con rabia le ruega que se vuelva a marchar. «Cásate con otra, si quieres: pero que no la vea yo... porque me da una pena de morirme.» Juan Pedro ha decidido definitivamente alejarse del pueblo, pero ahí esta Custodia que le propone un plan que hará posible el casamiento del ama y el gañan. Solo es necesario que finja ser el hijo perdido de don Generoso. Juan Pedro se muestra reacio ante lo que el cree deshonroso, pero Custodia le hace ver que en la componenda no hay nada malo y que servirá para hacer la felicidad de el, de Sagrario y de don Generoso. Efectivamente, el viejo loco recibe a Juan Pedro con los brazos abiertos, y Sagrario que conoce la verdad, dice que a su «orgullo le basta que los demás se lo crean». Bienvenida sea la estratagema si ella permite al fin, la boda del ama y el gañán.
Índice de escenas
Zarzuela en dos actos con los siguientes números musicales: Acto I: 1. Preludio y escena “Aunque soy de la mancha….Aunque soy forastero rondo en la villa….No le digas a nadie que nos queremos”. 2. Canción del sembrador “Cuando siembro voy cantando”. 3. Dúo de Sagrario y Juan Pedro “Ama, lo que usted me pide….Manchega, flor y gala de la llanura”. 4. Nocturno “Como soy nena mía pastor de ovejas” y serenata “Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería”. 5. Pasacalle de las escaleras “Dos por dos son cuatro”. 6. La monda de la rosa “De mondar mucha rosa yo no me alabo…La rosa del azafrán es una flor arrogante….Me casé con un sastre”. 7. Final del acto I “Si quieres que te lo diga…Que culpa tiene el tomillo…..Perdone el ama Sagrario, perdone mi atrevimiento”. Acto II: 8. Dúo cómico “Pero ven acá”. 9. La caza del viudo “Y agora ¿qué vas a hacer?......La Juliana de casarse contigo tie gana”. 10. Romanza de Sagrario “No me duele que se vaya”. 11. Las espigadoras “Esta mañana mu tempranito…..¡Ay ay ay ay, que trabajo nos manda el Señor!”. 12. Jota castellana “Bisturí, bisturí…..Manzanares Manzanares ya no es tierra de manzanos….Quisiera ser tu pañuelo”. 13. Dúo final de Sagrario y Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte….Lo que tu quieres decirme”.
http://lazarzuela.webcindario.com/RES/r_larosa.htmEn el segundo acto, Juan Pedro sale del pueblo, pero vuelve a dar el pésame a Carracuca que enviudó. Confía a Custodia, mujer del pueblo, componedora, que siente añoranza del lugar, y que ha comprendido lo imposible de su intención con el ama. Pero él quiere establecerse y casarse con una mujer del pueblo. Aparece Catalina, y Juan Pedro vuelve a declararle su amor pero súbitamente sale el ama. Respetuoso el gañan, la saluda ceremoniosamente, pero Sagrario le dice que la llame por su nombre porque ya no es su ama. A preguntas de ella Juan Pedro le descubre los sentimientos de amor que hacia ella abrigaba. Sagrario no puede ya mas contener sus impulsos y le dice que ella también le quiere, pero las diferencias de clase les separan. Con rabia le ruega que se vuelva a marchar. «Cásate con otra, si quieres: pero que no la vea yo... porque me da una pena de morirme.» Juan Pedro ha decidido definitivamente alejarse del pueblo, pero ahí esta Custodia que le propone un plan que hará posible el casamiento del ama y el gañan. Solo es necesario que finja ser el hijo perdido de don Generoso. Juan Pedro se muestra reacio ante lo que el cree deshonroso, pero Custodia le hace ver que en la componenda no hay nada malo y que servirá para hacer la felicidad de el, de Sagrario y de don Generoso. Efectivamente, el viejo loco recibe a Juan Pedro con los brazos abiertos, y Sagrario que conoce la verdad, dice que a su «orgullo le basta que los demás se lo crean». Bienvenida sea la estratagema si ella permite al fin, la boda del ama y el gañán.
Índice de escenas
Zarzuela en dos actos con los siguientes números musicales: Acto I: 1. Preludio y escena “Aunque soy de la mancha….Aunque soy forastero rondo en la villa….No le digas a nadie que nos queremos”. 2. Canción del sembrador “Cuando siembro voy cantando”. 3. Dúo de Sagrario y Juan Pedro “Ama, lo que usted me pide….Manchega, flor y gala de la llanura”. 4. Nocturno “Como soy nena mía pastor de ovejas” y serenata “Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería”. 5. Pasacalle de las escaleras “Dos por dos son cuatro”. 6. La monda de la rosa “De mondar mucha rosa yo no me alabo…La rosa del azafrán es una flor arrogante….Me casé con un sastre”. 7. Final del acto I “Si quieres que te lo diga…Que culpa tiene el tomillo…..Perdone el ama Sagrario, perdone mi atrevimiento”. Acto II: 8. Dúo cómico “Pero ven acá”. 9. La caza del viudo “Y agora ¿qué vas a hacer?......La Juliana de casarse contigo tie gana”. 10. Romanza de Sagrario “No me duele que se vaya”. 11. Las espigadoras “Esta mañana mu tempranito…..¡Ay ay ay ay, que trabajo nos manda el Señor!”. 12. Jota castellana “Bisturí, bisturí…..Manzanares Manzanares ya no es tierra de manzanos….Quisiera ser tu pañuelo”. 13. Dúo final de Sagrario y Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte….Lo que tu quieres decirme”.
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