Las pretensiones de los autores eran modestas, de ahí la denominación de “pasillo veraniego” pero obtuvo un éxito de los más memorables de la historia del género, hasta el punto de que Chueca salió a hombros por la puerta grande como los toreros y así fue llevado a su casa. Desde entonces ha formado parte de la trilogía del madrileñismo junto a LA VERBENA DE LA PALOMA y LA REVOLTOSA. De esta forma, siguiendo a José Deleito y Piñuela; “una obra pensada para unas semanas duró varios años en el cartel”, y en el estreno “los temas de niñas, niñeras, nodrizas y Garibaldi produjeron verdadera explosión de gozo en el auditorio,…….. que aumentó con el coro de los barquilleros y el dúo de Asia y Serafín…….. Pero todo eso fue poco para el escándalo apoteósico que promovió el célebre dúo de tiples contrapuntado por sus dos chulos. Cinco veces tuvieron que cantar la Pepa y la Manuela sus cuitas y castizas disidencias subrayadas con las trazas sentenciosas de los castizos Lorenzo y Vicente; y cuando tras esta garbosísima página madrileña se aboca en el pasodoble de los mantones de Manila…..el público se enardeció de tal manera que se puso unánimemente en pie para ovacionar a Chueca”. La obra alcanzó las doscientas representaciones seguidas, duró años en el cartel de teatros españoles e hispanoamericanos y ha permanecido en el repertorio lírico español como una de las obras emblemáticas del género chico.
La obra estriba en el desfile de tipos callejeros, niñas, niñeras, amas
y barquilleros, que pasan por el aguaducho de Pepa en Recoletos en
donde también tiene lugar tanto la trama urdida por Serafín para seducir
a la poetisa como la pelea y reconciliación de las aguadoras y sus
“hombres”. Previamente en el cuadro primero se nos ha presentado la
situación de necesidad de Doña Simona y su hija Atanasia, pintada tan a
lo vivo en los primeros versos de las seguidillas cantadas por las niñas
“tanto vestido nuevo, tanta parola y el puchero en la lumbre con agua
sola” que describe la situación de gran parte de la sufrida clase media
de entonces. Allí hemos conocido a la madre y a la hija y se nos ha
hablado de Aniceto su pudiente pretendiente y primo de Valdepatata al
que ella rechaza ¡De Serafín o de la tumba! También nos han presentado a
Aquilino que habla de las hazañas de Serafinito. Estas “presentaciones”
eran precisas para entender el segundo cuadro, en que, además del
desfile de tipos antes aludido, tiene lugar el intento de Serafín de
narcotizar a Doña Simona con la ayuda de Pepa y Lorenzo cuyo desarrollo
conocemos en el delicioso número musical “¿Está dormida? y el desenlace
lo escuchamos de Asia “Pálido, inerte; fiel imagen de la muerte” y Doña
Simona “Se ha decidido mi suerte; ¡volveré a Valdepatata! Y la apoteosis
de la obra llega con su cuarto número musical trufado de maravillas “in
crescendo” como la pelea de las aguadoras “Ya está ahí la Manuela”, la
mediación de Lorenzo y Vicente “Vamos a ver que ha pasao” el desencanto
popular porque la sangre no ha llegado al río “Con esta gente siempre es
igual: muchos insultos y luego na” y el trepidante pasacalle “Pa que
veas Manuela lo que es Vicente”.
Índice de escenas
Zarzuela denominada pasillo veraniego en un acto, con los siguientes números musicales:
Acto único: 1. Preludio y seguidillas: coro de niños, niñeras y
amas “Tanto vestido nuevo”. 2. Pasacalle: coro de barquilleros “Vivimos
en la Ronda de Embajadores”. 3. Vals cuarteto de Asia, Pepa, Simona y
Serafín “¿Está dormida? 4. Mazurca y canción de Garibaldi “Ya es más de
la una y media” y “Una niñeira di Barcelona”, Panaderos “Ya está ahí la
Manuela, Cuarteto de Pepa, Manuela, Lorenzo y Vicente “Vamos a ver ¿qué
ha pasao? y pasacalle “Pa que veas Manuela lo que es Vicente”.
http://lazarzuela.webcindario.com/RES/r_aguaazucar.htm
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