Seré siempre un ideal e indigno amante
de los largos viajes y los azules mares,
y moriré una tarde, como todas las tardes,
sin rasgar la turbia línea de los horizontes.
de los largos viajes y los azules mares,
y moriré una tarde, como todas las tardes,
sin rasgar la turbia línea de los horizontes.
Hacia Madrás, Singapur, Argelia y Sfax
partirán como siempre orgullosos los barcos
y yo, inclinado en un despacho ante mapas náuticos
haré sumas en gruesos libros de contabilidad.
Dejaré ya de hablar de lejanos viajes,
mis amigos creerán que ya los he olvidado
y mi madre contenta dirá a quien pregunte:
"Fue un capricho juvenil, pero ahora ya ha pasado...".
Pero mi propio yo una tarde ante mí se alzará
y una razón, como juez despiadado, me pedirá
y esta mano mía indigna que tiembla se armará,
señalará y sin miedo golpeará al culpable.
Y yo que tanto deseé ser enterrado un día
en algún mar profundo de las lejanas Indias,
tendré una muerte común y muy triste
y un entierro como los entierros de muchos hombres.
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OLEO...Joseph Mayor William Turner (Barco y tormenta)
MUSICA...Stamatis Spanoudakis (Talassa)
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